domingo, 22 de julio de 2018

UNIDAD DIDÁCTICA 4: PEDIR PERDÓN Y PERDONAR

Si algo es distintivo del dios cristiano; de Dios, Padre de Jesucristo, es el amor que tiene a sus criaturas. Un amor inefable, que no podemos alcanzar a comprender. Un amor que nos sobrepasa, que hace que la palabra "amor" en términos humanos -salvo contadas excepciones- resulte poco menos que una parodia o un fraude.

Este amor siempre va acompañado de un incondicional sentido del perdón. Hasta el punto de resultarnos absurdo, extremo, incomprensible también. ¿Cómo es posible? ¿Qué hace Cristo en la cruz, soportando insultos, golpes, mentiras, burlas? ¿Qué hace Dios con nosotros?

¡Perdonar!

¿Perdonar? ¿Acaso se ha vuelto loco? ¿Es que no es inocente? ¿No es, verdaderamente, Dios mismo? Ante este perdón de Dios, creo que toda humildad por nuestra parte es poca. Sólo cabe la sorpresa genuina y el agradecimiento sincero ante lo inmerecido. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario